En 1975, nuestro padre Edgar Alvarez, adquirió la finca La Moka la cual cultivó al lado de nuestra madre Matilde Escobar, durante muchos años con toda su pasión y compromiso.

En el 2010, su hija Dora Alvarez hizo evaluar las características del café de La Moka, encontrando un café de inmensas  cualidades, es así de donde nace la idea de poder disfrutar una taza del café cultivado en nuestra propia finca y dando un valor agregado a este trabajo de tantos años, como homenaje a nuestro padre, este valioso tesoro fue llamado “ El Jerarca”.

En el 2022 y 2024, nuestros padres mueren dejando en nuestras manos el control de la finca, la cual hemos atendido con todo el amor y dedicación para cuidar y mejorar cada proceso que nos permita tener una cosecha ideal para que El Jerarca, la marca que  representa nuestra historia y que llevamos en el corazón, sea siempre un producto de excelencia.